domingo, 9 de marzo de 2008

Teoría de la Evolución. Origen de las Especies. Darwin y Wallace.

Introducción

A lo largo de la historia el hombre se ha propuesto explicar de donde y como se originan los organismos. El primero en hacer algún tipo de clasificación fue Aristóteles (384-322 a.C) con su Escala de la Naturaleza, en la cual asignaba cierta jerarquía a los seres vivos. Cada especie ocupaba para él un escalón, de los cuales el Hombre poseía el más alto. Pasados varios siglos, los biólogo occidentales creían en la creación divina, por lo que no aparecieron nuevas concepciones para explicar la diversidad de interrogantes sobre los organismos:
¿Cómo se adaptaron tan bien los organismos a los ambientes en los que viven?
¿Cómo desempeñan tan bien sus funciones o roles en la naturaleza?
Recién a mediados del XVIII, Georges Louis Buffon sugiere que las especies pueden sufrir modificaciones en el tiempo. Luego en ese mismo siglo, un geólogo (James Hutton) hace un aporte interesante con la propuesta que los cambios de la Tierra fueron moldeados por cambios lentos y graduales, influeciados por agentes como el viento, el agua, y el clima (y no por grandes catástrofes). Otro aporte interesante que fue conduciendo al concepto de evolución fue el registro fósil. Hasta ese momento se consideraba a los fósiles como curiosidades, pero a partir del siglo XVIII se los empezó a catalogar como organismos conservados pero ya desaparecidos. Incluso se detallaron numerosos estratos (como capas del suelo) en los cuales encontraban ciertos fósiles específicos (Fig.1).

Primeras ideas evolutivas

El primer científico moderno en proponer una teoría fue el francés Jean Baptiste Lamarck (1744 - 1829). Este zoólogo observó que en las rocas más viejas había fosilizados organismos más simples que en las rocas más modernas. Entonces interpretó que hubo una suerte de progresión o evolución. Así, postuló su teoría de “Herencia de los Caracteres Adquiridos”. Su ejemplo fue el de la jirafa. El afirmaba que tienen esos cuellos largos porque los progenitores se estiraban para comer hojas en árboles altos y así pasaban esa característica (el cuello estirado) a sus hijos. Esta teoría está considerada actualmente como errónea.
Fig.1. Ejemplo de fósiles: impronta de hoja y exoesqueleto de un Trilobite.

Todo este clima intelectual influyó en un joven naturalista: Charles Robert Darwin (1809 - 1882). Este naturalista emprendió un viaje que duró 5 años, en el Beagle en diciembre de 1831 con apenas 22 años de edad (Fig. 2). Descendió por el Atlántico sur visitando entre otros puntos las costas Patagónicas e Islas Malvinas. Atraviesa el estrecho de Magallanes y recorre hacia el norte el Pacífico, pasando por las Islas Galápagos, siguiendo por el sur de Oceanía, sudeste Asiático, extremo sur de África y volviendo a Europa. Charles Darwin descendió hacia el continente en numerosas expediciones colectando muchísimas especies vegetales y animales, así también registró el hallazgo de fósiles y temáticas geológicas. Pudo observar la fauna singular y única de algunas islas totalmente separadas del continente como la Islas Galápagos.

Fig. 2. Ruta de viaje del Beagle.
Allí hizo la observación sobre las variaciones intre islas en las tortugas gigantes de Galápagos. Cada isla poseía su propio tipo de tortuga, por ejemplo en aquellas islas con vegetación arbustiva, el caparazón presentaba una hendidura superior grande que le permitía levantar la cabeza para alcanzar el follaje.

Mientras que en las islas de mucha vegetación el caparazón es chato anteriormente, para no atascarse en la vegetación densa y baja. Otro ejemplo fueron los pinzones. Estas 13 especies de aves eran totalmente diferentes de las del continente, pero a la vez poseían todas diferentes picos entre sí debido a que ingerían diferentes alimentos. Darwin tuvo un largo razonamiento de casi 20 años antes de publicar “El Origen de las Especies” en 1859. Luego, volvió a Inglaterra con la idea rondando su cabeza de que los mecanismos que operaban en la naturaleza para la creación de especies era el mismo que el Hombre ejercía mediante selección artificial para obtener características deseables en criaderos de perros, caballos y palomas. Es decir, pensaba que el ambiente ejercía una selección natural como lo hacía la elección humana. En 1858 cuando aún no terminaba su manuscrito de publicación recibe una carta de Alfred Russel Wallace desde un archipiélago malayo postulando una teoría de la evolución exactamente igual. Un mes después se presentó la Teoría de Darwin y Wallace.

Teoría de la evolución
El concepto original de Darwin y de Wallace acerca de cómo ocurre la evolución todavía sigue proporcionando el marco básico para nuestra comprensión del proceso de esta teoría. Ese concepto se funda en cinco premisas:

◦ Los organismos engendran organismos similares; en otras palabras, hay estabilidad en el proceso de la reproducción.
◦ En la mayoría de las especies, el número de individuos que sobreviven y se reproducen en cada generación es pequeño en comparación con el número total producido inicialmente.
◦ En cualquier población dada ocurren variaciones aleatorias entre los organismos individuales, algunas de las cuales son hereditarias, es decir, que no son producidas por el ambiente.
◦ La interacción entre estas variaciones hereditarias, surgidas al azar, y las características del ambiente determinan en grado significativo cuáles son los individuos que sobrevivirán y se reproducirán y cuáles no. Algunas variaciones permiten que los individuos produzcan más descendencia que otros. Darwin llamó a estas características variaciones "favorables" y propuso que las variaciones favorables heredadas tienden a hacerse cada vez más comunes de una generación a otra. Este es el proceso al que Darwin llamó selección natural.
◦ Dado un tiempo suficiente, la selección natural lleva a la acumulación de cambios que provocan diferencias entre grupos de organismos.

En resumen:
Con esta teoría se postuló que si individuos con ciertas características hereditarias (que los favorecen) sobreviven y se reproducen, mientras los otros con otras características hereditarias (que no los favorecen) son eliminados, cambia así la población lentamente. Darwin creía que las variaciones aparecían y se heredaban por una cuestión de azar. Por ello, la selección natural, la interacción de los organismos individuales con su ambiente durante una serie de generaciones da la dirección a la evolución de esa especie.

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