martes, 16 de diciembre de 2008

En lagunas de la puna hallaron un hábitat similar al del origen de la vida en la Tierra.

Descubrimiento

Las investigaciones de becarios del Conicet, dirigidas por una bióloga tucumana, se llevan a cabo a más de 4.000 metros de altura.

A más de 4.000 metros de altura sobre el nivel del mar, donde casi no hay vegetación, donde las temperaturas llegan hasta -20º C y los vientos soplan a 40 kilómetros por hora, un grupo de investigadores tucumanos estudia los microorganismos en algunas de las decenas de lagunas del altiplano, en la región cordillerana.
Con un laboratorio inédito, por las condiciones ambientales del lugar, el equipo que dirige la doctora en Biología María Eugenia Farías, investiga las características de bacterias de gran valor biotecnológico.
Cinco becarios del Conicet y Farías, investigadora adjunta con base en el Centro Científico de Tucumán (CCT), se aventuran en camionetas 4x4 por la zona norte de los Andes para llegar a sitios de difícil acceso.
A los fines de la investigación armaron un cepario, es decir, una colección de cultivos de bacterias que viven en condiciones extremas. Costosas heladeras albergan más de 200 bacterias, que constituyen un libro abierto para los científicos interesados en la aplicación biotecnológica.
Las primeras investigaciones se llevaron a cabo en la laguna de Pozuelos (Jujuy), a 3.000 metros de altura. Pero estuvieron en condiciones más extremas en el salar de Laguna Verde (Catamarca), a 4.400 metros, y en el salar de Laguna Vilama (Jujuy), a 4.600 metros. Sus próximos destinos son Laguna Brava (La Rioja), y Laguna Diamante, dentro de un volcán en Catamarca.

Ventana de los tiempos
“Estas lagunas son una ventana al pasado y al futuro. Al pasado, porque las condiciones extremas de alta radiación de UV (rayos ultravioletas), la baja presión de oxígeno y la baja concentración de nutrientes, especialmente de fósforo, hacen que se parezcan mucho a la Tierra en el inicio de la vida, cuando no había capa de ozono”, contó Farías.
Uno de los importantes hallazgos en estos depósitos de agua, fue la de “estromatolitos”. “Son algas primitivas que liberan oxígeno a la atmósfera y crean la capa de ozono. Esta misma acción permitió que se desarrollara la vida tal como la conocemos hoy. Se pueden encontrar en pocos puntos del mundo, como en el parque Yellowstone, en Estados Unidos, en Australia y en México”, informó Farías. “También son una ventana al futuro porque estos ambientes son muy parecidos a la superficie de Marte. Tienen elevada radiación UV, cambios bruscos de temperatura y baja disponibilidad de agua. Son ambientes ideales para el estudio de la astrobiología, que es la prospección de vida en Marte”, detalló la científica.

Publicación prestigiosa
De tal importancia es el relevamiento que llevan a cabo que, por segunda vez, los resultados de sus trabajos han sido tapa de la revista “Applied and enviromental microbiology”, una publicación de la Sociedad Americana de Microbiología que es material de referencia para científicos de todo el mundo.

Fuente: Conicet en los Medios

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